EL AYUNTAMIENTO BUSCARÁ EN LA ANTIGUA PARROQUIA DE SAN MIGUEL Y SU ENTORNO VESTIGIOS DE LAS ÉPOCAS ROMANA Y ÁRABE AL TIEMPO QUE REALIZA LA REHABILITACIÓN “ABIERTA POR OBRAS” DEL TEMPLO
LOS TRABAJOS PREVISTOS CONTEMPLAN, EN UNA PRIMERA FASE, 20 CATAS ARQUEOLÓGICAS, TANTO EN EL INTERIOR DEL TEMPLO COMO EN LA PLAZA Y LAS CALLES ALEDAÑAS PARA, DE ESTE MODO, INDAGAR DE MANERA SISTEMÁTICA SOBRE LA PRESENCIA DE LUGARES DE CULTO O EDIFICIOS DE INTERÉS EN EL SUBSUELO DEL QUE FUERA UN TEMPLO CRISTIANO
25 DE MAYO 2022
El alcalde, Julio Millán; la segunda teniente de alcalde, África Colomo, y el concejal de Cultura, José Manuel Higueras, han participado en una visita técnica a la iglesia de San Miguel, previa a la intervención en el monumento para su rehabilitación como ruina arqueológica que se ejecutará con fondos europeos de la estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI) cofinanciada por fondos Feder y municipales con 1,5 millones de euros. Durante el recorrido por el antiguo templo, los responsables municipales han estado acompañados por miembros del comité multidisciplinar de técnicos y expertos que asesora al Ayuntamiento en este proyecto y representantes de asociaciones culturales y colectivos vecinales.
Sobre esta intervención, el máximo responsable municipal ha dejado claro que su objetivo es “recuperar por fin el pasado de la ciudad, como elemento dinamizador del futuro”, una idea, ha insistido, “que tiene más sentido aún si cabe en un barrio como este, que precisa un especial esfuerzo para lograr su regeneración”, ha reflexionado Millán. Millán ha señalado que la intervención ya está en licitación con lo que las primeras intervenciones en los restos del templo y las cinco viviendas que lo embuten y que guardan restos será este mismo verano. Los técnicos, el arqueólogo Vicente Barba y el arquitecto municipal Manuel López han explicado a los colectivos que se intentará en la medida de lo posible y siempre que se preserve la seguridad, que los trabajos se puedan visitar un concepto conocido como “abierto por obras” que permitirá a la ciudadanía participar, visitar y conocer los vestigios que se encuentren y se recuperen mientras se trabaja en la zona.
Con este afán está ya en marcha el procedimiento administrativo para lograr que San Miguel pase del estado de abandono actual a convertirse en una ruina arqueológica visitable, con lo que se logra, por un lado, frenar el deterioro de los vestigios documentados existentes y, por otro, descubrir nuevos restos que ayuden a desentrañar aspectos arqueológicos hasta el momento desconocidos, como la posible presencia de antecedentes de las épocas romana e islámica y, todo ello, procurando que la ciudadanía tenga el mayor acceso posible a estas labores, para que, una vez que la propia evolución de las labores lo permita con condiciones de seguridad, puedan ser testigos de la evolución de los hallazgos, al estilo del plan que ya está en marcha en Marroquíes Bajos. De este modo, se puede enriquecer el eje turístico que ya existe en la zona, donde se ubica La Magdalena, El Raudal, los Baños Árabes, los Baños del Naranjo y Santo Domingo, prueba de la importancia de esta parte de la capital, donde están sus orígenes, junto al barrio de San Juan.
No hay que olvidar que San Miguel es un Bien de Interés Cultural que merece un esfuerzo para su preservación que se asienta en uno de los barrios más antiguos de la ciudad ya que, por un lado, se levanta en lo que fue la antigua Aurgi romana, lo que hace pensar a los expertos que puede haber restos de esta civilización en el subsuelo. Del mismo modo, y al igual que ocurre con otros templos jiennenses, como la Catedral y la Magdalena, muy cercana a San Miguel, es plausible que bajo lo que fue el templo cristiano en el que se intervendrá, se localicen testimonios de un lugar de culto musulmán, una mezquita, como ocurre con la aljama sobre la que se edificó la seo jiennense. El procedimiento para lograr responder a estas preguntas se basa, una vez realizada la fase previa documental, en la ejecución de 20 catas arqueológicas que cubrirán no solo el interior de la antigua parroquia de San Miguel, sino la plaza y las calles del entorno, es decir, calle Misericordia y Plaza de San Miguel en los límites sur; Plaza de San Miguel y calle Lavanderas por el este, calle Escalerillas por el oeste y calles Telégrafos y Fernando IV por el norte.
Collación. El trabajo documental previo ha permitido situar la antigua collación de San Miguel, es decir, la zona por la que se extendía la feligresía de esta parroquia, que se ubica al sur y este de la collación de La Magdalena. Ocupaba una franja de tendencia rectangular. Su límite superior (Oeste) estaría en el sector norte del Convento de Santo Domingo, para bajar por la plaza del mismo nombre, hasta el siglo XIX, Campillejo de San Miguel, y Hornos Negros hasta enlazar con la calle Algüacil. Con el actual conocimiento de la estructura en terrazas que tenía la zona, parece evidente que la hipótesis implica que el límite de la collación de San Miguel estaría en el corte de dos de estas elevaciones, que en la segunda mitad del siglo XIII debía estar aún claramente marcada. Por el sureste llegaba hasta la acera izquierda de la calle San Andrés, o al menos eso cabe deducir del hecho de que las casas que el Catastro de Ensenada sitúa en la collación de San Miguel estén todas en dicha acera. Al norte, el límite era la manzana entre las calles Santa Úrsula y Arquillos, pero en el extremo inferior se prolongaba hacia el Norte por la calle de ronda de la muralla hasta englobar la Puerta del Aceituno. Hacia el siglo XIX vuelve a organizarse en la zona un barrio, localizado en las excavaciones, articulado por la calle Atienza.
En licitación. La sede electrónica (www.aytojaen.es) publica la licitación de las obras incluidas en el proyecto de intervención arqueológica y puesta en valor de las ruinas de la iglesia de San Miguel. Las empresas interesadas pueden consultar requisitos en la plataforma de contratación y presentar sus ofertas hasta el próximo 7 de junio. La inversión prevista es de 334.000 euros y el tiempo máximo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses (16 semanas). Los fondos proceden de la Estrategia Europea de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI) cofinanciada con fondos Feder y municipales. Esta fase del proyecto comienza después del complejo proceso de identificación de los restos del templo que quedaban en el interior de las viviendas que embuten la iglesia, para lo que ha sido necesario un trabajo importante de estos por parte del Patronato de Cultura, que dirige José Manuel Higueras, que a su vez se apoyó en la valoración de un comité de expertos. De hecho el proyecto con el que se abre la licitación cuenta con la supervisión de arquitectos, arqueólogos, archiveros e historiadores entre otro personal del Ayuntamiento de Jaén, un equipo interdisciplinar de trabajadores demuestra la exquisita sensibilidad con la que el Consistorio está tratando esta intervención y lo valioso de sus aportaciones como profesionales. Fruto de este trabajo se localizaron y adquirieron hasta cinco inmuebles en los que se ha constatado la presencia de vestigios importantes de la iglesia, desde pinturas a hornacinas y altares, un proceso administrativo intento que culminó hace poco. Se trata además de un trabajo de una gran intensidad arqueológica y de documentación histórica que a buen seguro permitirá hallazgos muy interesantes. El contrato en licitación contempla la localización mediante demolición controlada de estas viviendas, previa localización y protección de los restos de la iglesia, la documentación de los paramentos interiores y exteriores del inmueble, momento en el que se aprovechará para analizar las distintas etapas por las que pasó el templo, el análisis de los resultados obtenidos a través de sondeos arqueológicos y su valoración, la obtención de muestras para estudio y análisis de las patologías que puedan afectar a los restos del edificio y la elaboración de la propuesta de conservación y puesta en valor de la zona, todo ello supervisado por los técnicos municipales.
La actuación contempla un importante trabajo en lo que se conoce como arqueología de la arquitectura, que es la intervención arqueológica integral de todos los inmuebles que tiene la iglesia, con un estudio de todos los elementos que conforman el entramado de casas que la engloban, desde el subsuelo a las paredes.
La documentación que existe sobre la iglesia de San Miguel la sitúa abierta al culto en el siglo XV, con una influencia gótica notable. Ya en el siglo siguiente se produce su ampliación y se convierte en templo de referencia. En la documentación extensa que acompaña a este proyecto en licitación se detalla que el templo tenía una factura similar a las iglesias de San Bartolomé y San Andrés con planta basilical y tres naves. El templo quedó abierto hasta 1874 fecha en la que se procedió a su posterior venta y demolición parcial, puesto que quedan vestigios de valor en las viviendas del entorno que se salvaron de este proceso. Entre ellos, destacan restos del ábside, el muro de la sacristía, una capilla y cripta laterales y el arranque de una de las torres.